Un cuento corto que escribi hace unos días atras, se llama "El Nochero". Es un relato de un viejo, que trabaja cuidando una empresa, y en la cual una noche entra a robar un muchacho inexperto, que termina siendo un amigo, y quien termina relatando el cuento.
Aca les dejo unas breves lineas, si les gusta, pueden pedirlo a chernandez1982@gmail.com o dejar su post, en el blog.
El Nochero
1.
La empresa “Biblion S.A.” es una de las empresas más reconocidas dentro del
mundo editorial de Chile. Sin lugar a dudas con más de veinte años de trayectoria, con
una cantidad de publicaciones de escritores chilenos, se ha transformado en un referente
del mundo editorial.
Álvaro, dueño de la empresa y gerente general, ha sido parte de una revolución
en el mundo editorial chileno. Pero, sin lugar a dudas Álvaro, debe este increíble
apogeo, no a sus editores, ni a la capacidad de marketing, ni mucho menos a los
excelentes libros publicados, ni aún, a la increíble cultura y pasión por las letras de los
chilenos. No, esta trayectoria se la debe sin lugar a dudas a Roberto, don Roberto.
Roberto, no es nada más y nada menos que el nochero de Biblion S.A. Sin ser
más que el simple nochero de las dependencias de la empresa, sabiendo solamente leer
y escribir, pudo percibir, con ese amor por los libros, en que momento se estaba ante un
gran libro, solamente con leerlo.
Y es que en sus noches de trabajo, Roberto, no solo se dedica a hacer sus rondas
nocturnas por las dependencias de Biblion S.A., sino que también a leer. Y en estos
mas de veinte años de trabajo en las noches, no solo a leído grandes libros como “La
Republica”, “El contrato Social”, “Antígonas”, “El Anticristo” y tantos otros. Además
de todos los grandes libros, también todos los libros que llegan a la editorial para
ganarse una oportunidad de ser publicados.
Transformándose así Roberto en un conocedor de las letras, y llenándose de una
gran capacidad critica, como para saber, cuando se esta ante un gran escritor y un buen
libro, que podría ser un acierto para la editorial.
Sin lugar a dudas, esa capacidad había permitido hacer de Biblion S.A. la
editorial que actualmente es, una editorial con libros de primera categoría, y autores
respetados a nivel nacional e internacional. Y es a este pequeño y gran personaje que
quiero mostrarles, a través de lo que conocí, una noche como la de hoy, una noche que
jamás olvidaré.
2.
Todos estaban conmocionados, no cabía en el aire el desconsuelo, la amargura y
esa sensación de tristeza.
Álvaro, no lo podía creer, la mañana anterior había conversado con Roberto,
había platicado, como tantas veces lo habían hecho, y nunca se imagino que sería la
última.
- Roberto, ¿Cuántos años ya que nos conocemos?
- Más de veinte, don Álvaro – manifiesto Roberto.
- Roberto, dime Álvaro… – interrumpió Álvaro -…sabes que te tengo un gran
aprecio, y por ello quería conversar contigo…
- Gracias don Álvaro – dijo Roberto, y al ver el rostro de Álvaro corrigió -
…Álvaro.
- Ahí sí…. Roberto. Roberto – prosiguió – debo confesar que el que estemos
como empresa donde estamos, es gracias a tu grandes aciertos. Y quiero
recompensarte por eso…
- Pero patrón – interrumpió Roberto -, ya me ha recompensado tantas veces,
que no tiene para que molestarse…
- Roberto – interrumpió, con tono afable – ¿en que te he recompensado?, has
sido más bien retribuido por tu trabajo…
- Don Álvaro – volvió a interrumpir Roberto -, me compro una casa y eso fue
un gran regalo…
- No, no, no Roberto. Eso es lo mínimo que podría haber hecho… pero ahora
de verdad quiero recompensarte… mira, yo quiero ya que tus últimos años,
puedas pasarlo bien. No quiero que sigas trabajando de noche, quiero que
puedas aprovechar tu vida bien…
- Pero don Álvaro… a mi me encanta mi trabajo…
- Si lo se Roberto…- interrumpió -, y a mi no me gustaría que tu dejases de
pertenecer a la empresa, pero quiero que ahora trabajes desde tu casa.
- Pero ¿Cómo don Álvaro? – indico Roberto.
- Fácil, tu gran aporte a la empresa han sido los grandes aciertos editoriales de
los que tú has sido responsable. Por lo mismo quiero que simplemente te
dediques a leer los escritos que van llegando y que tú los selecciones.
Quiero que disfrutes tu vejez. Que vivas bien…
La propuesta de Álvaro a Roberto, era un propuesta simple. Álvaro quería que
Roberto se jubilara y que además pudiera ganar un sueldo extra, que se dedicara a
seleccionar los libros, labor que por muchos años había hecho, pero desde otra área, sus
rondas nocturnas por la empresa.
Y ahora, esto no se llevaría a cabo, simplemente porque el tiempo ya había
culminado para Roberto.
- Don Álvaro, Don Álvaro… mire lo que encontré – dijo exaltado Rodrigo, el
Guardia del día.
- ¿Y tú quien eres? – interrogo Álvaro
- Tomás… Tomás – respondió, mientras veían todos pasar la camilla con el
cuerpo inerte, sin vida de Roberto.
- …Pero ¿Qué hace Ud. Acá hombre? ¿Acaso Ud. No sabe que esta prohibido
estar acá? – dirigiéndose a Rodrigo -. ¿Dónde lo encontró?
- En la pieza de los libros don Álvaro – revelo Rodrigo
- Bueno pero no se quede mudo hombre, conteste pues – inquirió don Álvaro a
Tomas.
- Soy Tomás… y esta ha sido una larga noche – repuso -… bueno, para
empezar, yo llamé a la ambulancia y a carabineros…
- Pero ¿Qué hace Ud. acá?
- Pues en primera instancia de la noche, mi intención fue robar… pero después
de lo que viví, sería imposible continuar con ello…
3.
Como todas las noches Roberto, a la una de la mañana, terminaba de hacer su
ronda por las dependencias de la editorial, entraba a la sala de biblioteca, y comenzaba a
buscar un libro para leer.
Esta noche al entrar a la sala siente la ruptura de una ventana, toma su bastón, y
sigilosamente se acerca al lugar de donde había sentido el ruido. Ve por la puerta entre
abierta, a un joven de no más de dieciocho años, entrar por la ventana que había roto. Al
mirarlo, percibió algo en ese muchacho, que lo hizo detenerse un momento.
Tomás, sigilosamente se acerca a la puerta, pero para sorpresa de él, se
encuentra frente a frente a Roberto, y queda pasmado al ver el rostro de Roberto.
- Por favor, no llamé a carabineros, por favor – fue la primera frase que atino a
decir Tomás.
Esa primera frase, hizo sonreír a Roberto, quien lo tomo del brazo firmemente
pero con calidez paternal. Mientras Tomás continuaba suplicando que no llamara a
carabineros.
- Toma a asiento – dijo Roberto.
Tomás, pasmado con esta invitación, solo atina a tomar asiento, mientras va
mirando a Roberto, que a pesar de los años, mantiene una postura erguida, con esas
arrugas en su rostro, se ve una persona de esa calidez y sencillez únicas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
excelente Nemesio quede picada y algo preguntona la imaginacion es inmensa que fue lo que vio? ya se habia ido el senor verdad? besos la despe
ResponderEliminar