Cabalas de Año Nuevo

En vista de las vísperas de Año Nuevo, una serie gamma de ritos existen para todo. Para el amor, para la prosperidad, para el amor, tener ropa nueva, para casarte, para viajar y cuanta cosa se te pueda ocurrir.

Y uno en esas conversaciones locas con amigos se convence de hacer más de alguna. Y yo muy afanado, en vista de que el año que paso no ha sido muy bueno y para mejorar el año, me dije a mi mismo: “Mismo, ¿Qué perdemos con intentar?”.

Así que esa noche de vísperas, ya tenía los bóxer amarillos, para tener felicidad, y como quería tener ropa nueva, la use al revés. Conseguí uva, así que 12 granos de uva en la mesa, 6 verdes y 6 moradas; todo sea para que se cumplieran los anhelos y aspiraciones.

Ya había reservado un billete de 20 mil pesos, que tenía en el zapato derecho, para saltar a la medianoche, 12 veces. Y prepare lentejas para la prosperidad. Cocine una corvina sin quitarle las escamas, para asegurar un buen pasar económico. Puse un anillo de oro en la copa de Champagne, tenía las maletas listas para salir a dar la vuelta en la manzana… y hasta me conseguí espigas de trigo para un buen pasar económico. Si supieras lo difícil que es la conseguir espigas de trigo en el siglo XXI.

Y todo estaba super bien, hasta que dieron las doce. Claro, porque entre que tenia que levantarme doce veces con cada campanada, comer un grano de uva por la misma cantidad de campanadas, y saltar una vez por cada campanada con el zapato con dinero; mientras estaba comiendo lentejas. Es un trabajo que te lo encargo. ¡Todo manchado con lentejas!, y lo peor es esa combinación entre lentejas y uva… mmm… ¡Que rico!

Y fuera de eso, sacar la corvina CON ESCAMAS, que apetitoso. Comprenderás que después de esa corvina, te da mas sed que en el desierto, así que me serví la champagne al seco, y entre tanta cabala que estaba realizando, que se me olvido el anillo de oro, así que me lo trague. Ni les cuento el sabor pésimo que tiene el oro en tu garganta. Gracias a Dios, que elegí un anillo pequeño, porque a la hora que elijo un anillo de dedo de negro, me quedo atravesado con el anillo en la garganta.

Me dije, ya filo, un problema así le puede pasar a cualquiera, así que lo siguiente, fue repartir espigas de trigo. Y el único drama, es que venían con polillas del trigo, que se esparcieron por la casa, y cuando tienes en casa una mujer que no le agradan los seres vivos, mucho menos los insectos, termina culpándote y pegándote a ti, por los eventos de la naturaleza.

No me voy a colocar pelear con mujeres, así que tome mis maletas, para ir a dar la vuelta a la manzana; y estaba saliendo de la casa con la maleta cuando sale mi mujer y me dice: “Ah, ¿con que te quieres ir?” mientras me lanzaba mi notebook a la calle, las camisas, los pantalones, la ropa interior. A la cresta, tengo la ropa interior al revés, todo eso se volverá nuevo… ¡pero El Notebook No!

Y comprenderás que después de la vuelta a la manzana con una maleta a rastras y una mujer histérica gritándote en la calle, comenzaron a hacer efecto las cosas comestibles que me comí, por lo que empecé a correr con la maleta, al baño.
Y entre vómitos por arriba y por abajo, recupere el anillo, que debo decir que fue un medio recuperar, porque en lo que quedo en la taza del W.C. ni por 20 Lucas metía la mano. Y en eso me acuerdo, de los 20 mil pesos que tenia en el zapato, que entre tanto pararme, saltar en una pata y batir el record mundial de vuelta a la manzana con maleta a la rastra, el sudor en mis pies era insoportable, y me di cuenta que perdí 20 mil pesos, por metérmelo en los pies.

Pero dentro de todo esto malo, pude sacar algo positivo, cuando recupere el anillo, es que por lo menos este año, partí cagando ORO.

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