Ya el titulo dice mucho sobre este
tema. Es que sin lugar a dudas, con la última
campaña que se está realizando por parte de “artistas” para que se logre
eliminar el Impuesto al Libro, que no es más que el impuesto que tienen todos
los productos en Chile, o sea el I.V.A. (19%). Se está generando una mala
información por parte de la gran mayoría de los ciudadanos, a razón de nombres
que suenan bonito, pero que distan mucho de la realidad.
Pues detrás de esta campaña, que en
marketing no se queda atrás respecto a otras, me parece que se obvian datos que
son necesarios entrar a considerar antes de poder establecer que el problema de
la baja lectura en Chile esta generada por los costos del Libro.
1.
La Campaña obvia que en Chile
el 45% de los Adultos no lee libros
2.
Que dentro de quienes No leen
libros el 47,3% es por Falta de Interés, más un 26,7% Por Falta de Tiempo, y el
restante 26% por que los libros son caros, problemas a la vista o no saben
leer.
3.
Este segundo punto es
tremendamente importante observarlo pues entre los motivos Principales casi 2/3
de la Población que no lee, es por Motivos totalmente distinto al Costo del
Libro. Lo que lleva a generar
interrogantes diversas:
a.
Los Autores somos capaces de
generar obras que puedan ser transversales y motivantes (dejando de lado toda
la absurda discusión de que sería darle literatura barata a la gente, porque sinceramente
los nuevos escritores estamos bastante lejos de referentes intelectuales como
antaño, sobre todo los más jóvenes que se auto valoran más de lo que deberían).
i.
En Chile se generan menos
libros de Ciencia Ficción, frente a esto me remito a que “Leer textos de
ficción y de información requiere un ejercicio de interpretación mayor, ya que
las imágenes y significados deben ser producidos por el lector“, dice Lorena
Meckes, investigadora del Ceppe de la Universidad Católica.
ii.
Los Texto más inscritos en Chile
son obras de Poesía, que son difundidas en un 5% por alguna editorial, que la
gran mayoría son independientes.
b.
Las editoriales no están
potenciando libros de mayor diversidad para atraer nuevos lectores, simplemente
están trabajando en un mercado de lo seguro.
¿Cuántos libros de poesía se están publicando o de cuentos, monólogos u
otras? Esto es tarea de las editoriales
para ampliar el gusto del lector. Las
editoriales finalmente como negocio están funcionando en base a lo comodo. Las nuevas editoriales, por otra parte en
cuanto a masividad no logran alcanzar la sufienciente masa de lectores, sino
los pequeños círculos literarios, limitadas y que acostumbran a leer (críticos,
académicos, periodistas, profesores, etc.) no se desenvuelven en un marco más
amplio de lectores, más que aquellos que leen.
4.
El problema de la Baja Lectura
en Chile no está supeditado al Impuesto al Libro, pues de quienes no leen libros de ellos solo un 38%
dice que leería más si no existiera el Impuesto al Libro (año 2006). Mientras que el año 2010 esta cifra alcanza
al 34,9%.
5.
Esta campaña está enfocada a un
segmento de personas que lee, que por regla general está asociada a un segmento
alto.
a.
Referente a esto la encuesta
realizada por la Fundación La Fuente y Adimark GFK el 2010, me deja una
sensación de insatisfacción del muestreo frente al ejecutado el año 2006, es el
hecho de que el Segmento donde más se realiza el muestro es en el Segmento ABC1
(el año 2006 se entrevisto a 197, mientras que 2010 se entrevisto a 328, lo que
equivale a un 66% más de personas, solo en este segmento, cosas que no es igual
en los otros segmentos).
Segmento
|
2010
|
%
|
2006
|
%
|
2010 <>2006
|
ABC1
|
328
|
33%
|
197
|
21%
|
64%
|
C2
|
224
|
22%
|
256
|
27%
|
-12%
|
C3
|
255
|
25%
|
296
|
31%
|
-14%
|
D
|
194
|
19%
|
196
|
21%
|
-1%
|
TOTAL
|
1001
|
100%
|
945
|
100%
|
1%
|
Lo Cual me
impide tener una apreciación equitativa de los resultados de muestreo. Pues finalmente si el año 2006 teníamos
información que el segmento que mayoritariamente leía es el ABC1, quiere decir
que a lo menos existe una presunción de inflar cifras.
b.
El otro aspecto es que ambos
estudios de encuesta sobre el tema, no toman como base de muestro al Segmento
“E”, que lamentablemente en este tema está olvidado por lo que se desconoce la
relación que puede tener con la lectura (quizás se asume per se que este
segmento no tiene libros). Además que
genera datos más dispares respecto a otros datos estadísticos relevantes sobre
el tema, como por ejemplo información que varia respecto a:
i.
Motivos porque no se lee.
ii.
Promedios de libros en cada
hogar.
iii.
Tipo de Lector
Entre otros
puntos.
¿Qué
podemos hacer frente a esto?
Siempre he creído que debí de nacer en otro
tiempo, pero me toco nacer en este siglo, en esta época, y tengo que ser
responsable con mi generación y con quienes vienen detrás de nosotros. Según los mismos estudios uno de los temas
que se plantea como solución altamente aceptada por todos los segmentos
muestreados, así como entre quienes son lectores o no lectores es: “Fomentar la
lectura pre-escolar”.
Frente a esta mayoritaria tendencia
(guiada, según mi percepción), me parece que existe una forma oculta y
soslayada de establecer la responsabilidad de la labor como padres de los
responsables motores e iniciales de TODA la educación de los niños.
Pues en otro ámbito de estudio que me
gustaría que se tocara, es la razón del porque se lee desde el origen. Creo que estoy más que seguro que aquellos
que leen (quizás tú mismo quien lee esto), un porcentaje mayoritario, tiene un
relación de apego con el libro por influencia de padres lectores.
La paradoja de antaño, es aquella que dice
“los hijos son el reflejo de los padres”, y creo que aquellos que son lectores
(espero que no sea una mera presunción), tuvieron padres que fueron
lectores. Padres y/o madres que leían
con ellos, o les leían.
Cuando el libro se relaciona a relaciones
de afecto, la sensación que se genera es de apego. No una sensación de obligación (colegio) o de
castigo (presión o castigo), por lo que este no genera rechazo.
Los padres constitucionalmente tienen el
derecho-deber de educar a los hijos, y creo que con una sociedad que entrega la
educación meramente a una institución (jardín infantil, colegio, universidad),
donde los padres pasan en una buena porción a exigir solamente el cumplimiento
del servicio de “calidad”, desligando en profesores su responsabilidad de
EDUCAR.
Porque seamos sinceros, con una mano en los
corazones estimados, los padres han delegado su responsabilidad de EDUCAR en la
institución del colegio, la cual está dada para la entrega de CONOCIMIENTO,
porque EDUCAR no es igual al CONOCIMIENTO.
Basta que veamos como muchos jóvenes de
nuestra época, no respeta a los mayores, no tienen un modelo de autoridad (no
hablo de autoritarismo), no tienen conciencia que el derecho personal tiene
como limite el derecho del otro, solo hemos creado una generación que tiene
información (acceso a esta y a fuentes ilimitadas de conocimiento), pero están
vacios de educación.
El problema primordial de la escasez de
lectura es que los padres no leen, y cuando uno revisa estos datos, en realidad
se encuentra con que los porcentajes son bastante alto, para mi gusto, en una
excusa barata de “Falta de Tiempo”. Lo
que me parece paradójico porque sin embargo tenemos tiempo para otras cosas
menos oficiosas y de menos beneficios (¿Alguna vez seremos realmente sinceros
en que no nos falta tiempo, sino que el tiempo no lo aprovechamos en lo que
puede ser provechoso?).
¿Y
los autores que?
Además como autor, tengo que colocarme en
un lugar que sea bastante objetivo.
Nosotros también tenemos responsabilidad en esta baja lectura. Muchos no quieren hacerse responsable de
esto, alegando que no son ellos quienes deben de “bajar el nivel intelectual de
sus escritos, sino la gente quien debe subir su nivel intelectual”.
Lo que me lleva a pensar en una sola cosa
¿Realmente los escritores son seres de un espécimen intelectual más elevado que
el resto de los mortales? Pues yo
personalmente no lo creo. Ya Parra nos
bajo del Olimpo a los poetas, aunque muchos pretendan permanecer en él. Señores escritores debemos asumir que no
somos más inteligentes que el resto de los mortales, ni saber más reglas
ortográficas o tener facilidad para la escritura nos hace ser “especiales”.
El verdadero artista (esto pienso yo), es
aquel que es responsable con su tiempo.
Si es que fuéramos tan especiales como muchos creen ser (una gran masa
sin meritos), debiéramos compadecernos con nuestro prójimo (sé que es en estos
tiempos creer en Dios es una locura para el intelectualismo, pero soy loco, por
eso hablo de amar al prójimo), porque esto es bueno.
Porque el ego se te va a las pailas o
desaparece y surge la compasión, de ver que no son necesarias muchas veces
palabras rebuscadas para expresar un mensaje o una idea, sino que las palabras
simples son las que trascienden (Jesús logra trascender porque su mensaje es
tan simple y entendible tanto por el viejo como por el niño), generando la
transversalidad de este.
Amados compañeros de pluma, estamos
llamados en este tiempo a generar literatura que pueda ser trascendente, que
impacte y que genere deseos de leer.
Somos también parte del problema pero más aún somos parte de la
Solución.
Y El
Estado
El estado también tiene una
responsabilidad. Y frente a tiempos
donde es tan asequible imprimir libros (ya no es necesaria la intervención de
una editorial o una imprenta. Quien
tenga una impresora, o inclusive tener la posibilidad de generar un archivo en
e-book, puede tener ya un libro para disposición de distribuir y vender.
Pero en Chile nuestra legislación no
permite que el autor siga siendo autor, sino se transforma en editor, y para
salvar la autogestión le denominamos a esta actividad como autoedición.
La autoedición en Chile debiera ser más
simple, ya debiéramos permitir a los autores poder editar ellos mismos sus
propias obras, sin pasar a ser considerados editores (y esto incluye obras
digitales o bajo sistema P.O.D.).
Si el estado interviniera generando
espacios para que escritores pudieran ser apadrinados por colegios, potenciando
las clases de creatividad, literatura, conocimiento, etc. Como electivos
disponibles también existiría un incentivo sustentable a mayores lectores.
Pues mucho más que también pudiera llegar
con libros e incentivar a las familias a la lectura. Así como creamos un proyecto de deportes en
los barrios, porque no habríamos de generar mayor cantidad de bibliotecas, con
espacios amplios, interacción con la naturaleza y que pueda explotarse la
cultura.
Ya el Conde Beccaria en su libro “Sobre la
Pena” establecía que la única forma de que una sociedad disminuyera la comisión
de los delitos, era con educación, pues apliquémosla a la literatura, la única
forma de que una sociedad disminuya su ignorancia es con lectura.
Cristián
Hernández González
Escritor y Poeta